Museo del Sitio de la Florida

El yacimiento arqueológico de La Florida fue descubierto por casualidad mientras se construía una cancha de fútbol. Está situado en una pequeña planicie en la ladera del volcán Pichincha, en el sector de La Florida, cerca del antiguo aeropuerto.

Esta necrópolis precolombina data de los años 200 y 600 D.C., aunque en sus proximidades se encontró una casa fechada  en el año 2000 A.C, lo cual indica que ya había una presencia humana anterior en la zona.

El museo cuenta la historia de los «quitu», pobladores de la zona donde actualmente se encuentra la ciudad de Quito, y allí se pueden ver los enterramientos y una amplia muestra de piezas halladas en las tumbas. Se cree que se asentaron allí para protegerse de las inundaciones y también porque consideraban al volcán como un Dios al que adoraban y cuanto más cerca estuviesen de él, creían que estarían más cerca de su Dios.

Según los restos óseos encontrados, los quitu medían por debajo de 1,55 metros y no llegaban a vivir más de 45 años. Intercambiaban productos con otras regiones y para ello tenían que caminar largas distancias llevando y trayendo productos.

Se han encontrado gran cantidad de conchas marinas, con las que fabricaban unos ponchos y prendas de ropa preciosas,  éstos se pueden contemplar en el museo. Se cree que los utilizaban en las ceremonias rituales que realizaban en las ceremonias fúnebres y también vestían con ellos a los chamanes, éstos llevaban también cascabeles.

También usaban las conchas más grandes como instrumento para llamarse entre ellos. Impresiona la gran cantidad de conchas que se exhiben en el museo, y esto demuestra el gran intercambio que tenían con los pueblos costeros.

Las tumbas que se pueden ver en el museo son una especie de pozos profundos en varios niveles. Los individuos están colocados en varias filas, en posición fetal y cada uno dentro de un saco. También están colocados cada uno en una especie de sillas, cuando éstos eran chamanes o ancianos, como símbolo de respeto hacia ellos. Se cree que no existía ninguna jerarquía a la hora de enterrar a sus muertos, simplemente iban ocupando las tumbas según iban falleciendo. Tapaban y continuaban enterrando encima, y así sucesivamente. En cada (pozo) o tumba,  estaban enterrados miembros de una misma familia. Los individuos que se pueden ver tanto en las tumbas, como en el museo, son réplicas en cera reconstruidas a partir de los cráneos encontrados.

Los quitus eran excelentes orfebres, trabajaban el oro, y lo aleaban con el cobre para producir objetos cotidianos. En las piezas de cerámica encontradas  se pueden ver escenas de animales y personas y también relacionadas con lo espiritual. Abajo en la foto podéis ver a la izquierda,cascabeles con los que adornaban los ponchos de los chamanes,  joyas que realizaban con oro  y armas que utilizaban para cazar animales pequeños.

Al museo se accede por unas pasarelas de madera situadas encima de las tumbas y están cubiertas con un techo de madera para protegerlas.

Este es un museo importante para descubrir y conocer un poco más a algunos de los antiguos pobladores de la zona. Recomiendo la visita totalmente, es realmente interesante.

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